
Sus letras son políticamente incorrectas, y sus seguidores entre los 18 y los 30 y tantos, seguidores incondicionales, después de ver a unos cuantos miles de estos jóvenes que no solo se sabían las canciones si no que las vivían con una intensidad que ya la quisieran los políticos para sus mítines, me queda claro que a la gente joven no es que no le guste o no se implique en la política, son los políticos los que no les gustan.